martes, 14 de febrero de 2012

María Pérez, ponente en la mesa "Mujeres y Música" y componente del terceto vocal.


En su extraordinario Una habitación propia -libro imprescindible-, Virginia Wolf hablaba de esa mujer que estaba por venir y escribía: "Pero sostengo que vendrá si trabajamos por ella, y que vale la pena trabajar hasta en la oscuridad y la pobreza".
Creo que todavía seguimos en la oscuridad. Se me tachará de pesimista y se me recordarán los innumerables logros que la mujer ha conseguido. Todos ellos, no debemos olvidarlo, alcanzados por el trabajo y la pasión de -como diría Virginia- valerosas y esforzadas mujeres. Pero ahora se me plantean preguntas y yo me encuentro como Virginia, pensando respuestas desde mi perspectiva de mujer trabajadora, artesana de la música desde hace muchos años.

Yo podría contestar a esas preguntas con otras preguntas: ¿Qué queremos las mujeres transmitir cuando componemos música? ¿Por qué hay menos mujeres directoras de orquesta? ¿Por qué las mujeres destacan en determinados instrumentos más que en otros? ¿O ésto no es cierto, sólo es que son más “visibles” en aquellos entornos en los que su presencia está más consolidada porque es más acorde con el papel que se  les ha asignado?

La mujer lucha todavía por salir de los estrechos trajes que la visten, por usar el lenguaje artístico para decir otras cosas, para caminar por otros senderos. Pero vivimos en un mundo tan arquetípico como aquel que habitó Virginia, y los modelos de mujer que destacan en los medios de comunicación y en la música popular nos dictan normas estéticas, nos dicen qué hacer y cómo hacer. Creo que es nuestra labor coger el testigo y seguir trabajando por esa mujer que está por venir, es un trabajo pequeño y cotidiano que consiste en ser mejores cada día, en romper los moldes, romper las imágenes que nos proponen, atrevernos.

Y en esta lucha cotidiana, la sensibilidad y el conocimiento nos permitirán abrir las puertas, tener un espacio propio.

Ahí están Eliane Elias -pianista de Jazz-, Esperanza Spalding -contrabajista-, Inma Shara -directora de orquesta-, y muchas mujeres que cantan, tocan, componen y tejen su propia imagen como quieren.

Ya lo dijo Virginia Wolf: "Para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un cuarto propio".

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