jueves, 14 de noviembre de 2013

REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO: “SERÍA MEJOR QUE MURIERA CON MI HIJO EN EL VIENTRE”


Texto extraído de: Vidas rotas. Crímenes contra mujeres en situaciones de conflicto, Editorial Amnistía Internacional (EDAI), Madrid, 2004, pp. 60-61 (publicado originalmente en inglés en 2004 con el título Lives blown apart. Crimes against women in times of conflict)

"La población civil de la región oriental de la República Democrática del Congo ha sufrido a diario violaciones sexuales y otros crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y otras violaciones graves de derechos humanos; esta región ha sido escenario de las acciones de combatientes pertenecientes a una veintena de facciones armadas que luchaban por el control del territorio y sus recursos.

Miles de mujeres congoleñas de todas las edades, incluidas niñas de corta edad y mujeres de edad avanzada, han sido víctimas de violación, secuestro o esclavitud sexual. A muchas víctimas las han amenazado de muerte y les han propinado puñetazos, puntapiés, golpes con palos y culatas de fusiles o latigazos. A algunas mujeres les han insertado en la vagina fusiles, cuchillos, trozos de madera afilados, cristales o clavos oxidados, piedras, arena o pimientos. Otras han recibido disparos durante la violación o después de ella, en algunos casos en los genitales.

Se calcula que menos del 30% de la población congoleña tiene acceso a una asistencia médica ni siquiera básica. Debido a la destrucción de la infraestructura de asistencia médica en el este del país, la mayoría de las mujeres que sufren heridas o enfermedades causadas por la violación –algunas de las cuales pueden ser mortales- no pueden acceder a un tratamiento médico adecuado.

Las lesiones físicas que muchas de ellas han sufrido requieren tratamientos prolongados y complejos. Muchas supervivientes de violación sufren: infección de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual; prolapso uterino (desplazamiento del útero hasta la vagina o más abajo); fístulas y otras lesiones en el sistema reproductivo o en el recto, a menudo acompañadas de hemorragias o secreciones internas y externas; incontinencia urinaria o fecal; fractura de pelvis; infertilidad; trauma psicológico y dificultades para mantener relaciones sexuales normales; dificultades en el embarazo y el parto; y periodos menstruales prolongados acompañados de dolores severos.

[…]

El gobierno de transición de la República Democrática del Congo ha demostrado indiferencia ante la cuestión de la violencia sexual y la violación masiva en el este del país y, salvo algunas condenas públicas aisladas, no ha mostrado signo alguno de que tenga intención de impedir la violencia sexual ni de conceder prioridad al cuidado y el resarcimiento para las supervivientes. Las autoridades tampoco están tomando medidas significativas para abordar la cuestión relacionada de la creciente crisis de VIH/sida en el país.

Aunque el gobierno y la comunidad internacional han dedicado considerables esfuerzos y fondos a la planificación de las elecciones generales en la República Democrática del Congo, la prestación de la asistencia médica básica en el este del país sigue dependiendo casi por completo de organizaciones no gubernamentales locales, nacionales e internacionales que están sobrecargadas de trabajo y carecen de fondos y capacidad para satisfacer las necesidades del conjunto del país".

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